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Sarampión en el embarazo, ¿podemos contagiarnos?

¿Se puede coger el sarampión en el embarazo? En la práctica es perfectamente posible, y hay que tener especiales precauciones en esa etapa.

Vacuna y tratamientos contra la rubeola

Vacunación
Vacunas y enfermedades emergentes
Francisco María
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El sarampión, o rubeola, es una enfermedad respiratoria transmitida a través del contagio humano y que puede causar la muerte. Aunque en una época era una patología muy común, gracias a la vacunación casi se ha erradicado. Sin embargo, quienes no han sido inoculados deben saber que se trata de una afección especialmente de riesgo para las mujeres que están embarazadas o que están intentando quedarse en estado de buena esperanza. ¿Puedes contagiarte de sarampión en el embarazo? ¿Cuáles son los peligros existentes?

Éste aumenta las posibilidades de abortos, partos prematuros y malformaciones en el bebé, por lo que debes actuar ya mismo.

Breve introducción al sarampión

El sarampión no es, hoy en día, una enfermedad muy común. Sin embargo, todavía existen brotes de la misma es casi todos los rincones del mundo. Esta enfermedad viral es muy contagiosa y aunque en circunstancias normales no debería tener mayores complicaciones, durante el embarazo puede representar un riesgo importante para la salud del bebé y la mamá.

Esta enfermedad, provocada por un virus de la familia de los paramixovirus, se reproduce en la nariz y la garganta de los pacientes. Es propagada de un ser humano a otro a través de la expulsión del virus cuando se tose o se estornuda, y tiene capacidad suficiente para sobrevivir en las superficies por largas horas. Así, es posible el contagio incluso cuando no hay contacto directo con el enfermo.

Los principales síntomas del sarampión aparecen entre los 10 y los 14 días luego del contagio. Pueden tener diversas expresiones. Los más comunes son la fiebre, la tos y el dolor de garganta, y las llamativas manchas en la boca -llamadas manchas de Koplik-.

Algunos individuos experimentan otras patologías paralelas como la rinitis y la conjuntivitis. Ambas, producidas por este virus.

En ciertos casos excepcionales, puede desarrollarse una especie de sarpullido que afectará a todo el cuerpo del paciente.

Como los síntomas no son notorios sino hasta la segunda semana del contagio, las probabilidades de que un ser humano actúe como foco infeccioso de quienes le rodean son muy elevadas. Debes ser cuidadoso, sobre todo si convives con una embarazada.

Vacunación

Una de las formas más efectivas para evitar el contagio de sarampión es poniéndose la vacuna. Como hemos visto, la vacuna no se debe colocar durante el embarazo o cuando se sospeche su existencia, ya que podría ser peor el remedio que la enfermedad. La razón es que la vacuna contiene el virus vivo, el cual puede llegar a traspasar la placenta y generar los problemas anteriormente descritos.

Generalmente la vacuna contra el sarampión se coloca en la niñez, pero si la mujer no la recibió antes, no debe hacerlo mientras esté embarazada. Por esa y muchas otras razones, es importante que los padres cumplan con los esquemas de vacunación de sus hijos.

El sarampión en el embarazo

Las mujeres embarazadas que nunca han atravesado esta enfermedad ni tampoco se han vacunado son muy susceptibles a ella. Todos los síntomas ya citados se agravan al máximo en la gestación, y sus consecuencias en la madre y en el feto suelen ser complicadas.

La tasa de abortos, partos prematuros y malformaciones en el bebé es muy alta, según las investigaciones.

Entre las malformaciones a las que está expuesto el bebé destacan algunas como la sordera, la ceguera y las malformaciones físicas en general. Los abortos y partos prematuros como resultado del sarampión en el embarazo no son nada extraños.

Y si bien existen algunas alternativas por las que se puede -y debe- optar al contraer sarampión en el embarazo, es importantísima la vacunación preventiva. Si estás intentando quedar embarazada, suspende ya mismo los intentos hasta estar vacunada contra este virus.

Posibles síntomas del sarampión en el embarazo

Los síntomas más comunes del sarampión son: fiebre, manchas en la piel, conjuntivitis, tos y rinitis, entre otros. El cuidado y atención durante esta etapa es clave para evitar que la salud del bebé y la mamá esté en riesgo.

Es posible coger sarampión en el embarazo, especialmente si la mujer no fue vacunada durante su niñez contra esta enfermedad. Es importante hacer lo posible para evitar el contagio en esta etapa.

¿Qué pasa si una embarazada contrae el sarampión?

Si durante la gestación una mujer se entera de que se ha contagiado de esta enfermedad, se le dará una inyección de anticuerpos. Este procedimiento, denominado inmunoglobulina sérica, tiene como objetivo controlar los síntomas para que sean menos severos.

Debe ser administrada durante la primera semana desde el contagio por lo que ante la menor sospecha de haber estado junto a un enfermo que pudiera propagar el virus, debes ir a una clínica u hospital para que te hagan los exámenes correspondientes.

Asimismo hay que aclarar que, como la vacunación del sarampión se hace con el virus activo, no es buena idea vacunarte si estás embarazada. El virus podría ser transferido al feto si la vacunación se realiza seis meses antes de fecundado el óvulo.

Tanto en ese caso, como si la vacunación se hace durante el embarazo o en el primer mes de lactancia, el virus podría pasar de la madre al feto. Justamente por eso, si bien la vacunación es la mejor prevención frente a esta patología, no es conveniente en las embarazadas.

¿Cuándo deberías vacunarte?

Se recomienda la vacuna contra el sarampión a partir de los 12 meses de edad, y una segunda dosis transcurrido un mes de ello. Cualquier ser humano adulto vacunado contra el sarampión tiene sólo un 10% de probabilidades de contraer el virus y contagiar. Luego, en algunos mayores se aconseja una revacunación. Deberías consultar a un profesional de la salud sobre ello.

 

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